miércoles, 1 de junio de 2011

Remember (II) "Una historia de media noche"

Desde luego como es la gente, ¡para una vez que maté a un perro! Y no me refiero al refrán, bueno, en parte sí, en realidad hablo del accidente que acabó con la vida del Josan, el perro de mis vecinos. Una terrible pérdida. Sobretodo para la señora Pérez, que acostumbraba a pasearlo a la luz de la luna mientras su marido hacía macramé y collares de macarrones vestido de marinero recordando su primera comunión. Su psicólogo afirmaba que tenía el síndrome de Peter Pan, su mujer afirmaba que prefería al panadero.

Pero volvamos al trágico accidente. Todo sucedió la noche del 11 de agosto de 1998. Eran las once de la noche cuando me levanté del sofá al servicio para quitarme las lentillas e irme a dormir. Después de veinte minutos intentando quitármelas sin éxito, como si chocara con cristal, me quité las gafas y me fui a dormir. Cuando llegué al dormitorio, besé a Lulú, mi muñeca hinchable imaginaria, y le deseé buenas noches. Ella, fría como un trozo de plástico, no respondió. Algo nos pasa. Además ha cogido la costumbre de dormir con la boca abierta y ronca haciendo una especie de pitido uniforme que yo aprovecho para amplificar con una grabadora “playschool” y que así parezca que tenemos una alarma antirrobo.

La luz de la farola se vislumbraba entre las cortinas de tela amarilla de la habitación. Sentía un calor infernal, de esos que no te dejan dormir y hacen que se te peguen las sábanas al cuerpo cual momia egipcia, dejando esas marcas tan graciosas como extrañas en la piel. Me levanté cuando una gota de sudor se me metió en el ombligo y de un salto me incorporé. Observé estupefacto que una de las marcas de la sábana había dibujado el contorno de una figura extrañamente familiar en mi mejilla. Era la imagen de Santa Jalapeña. Como ustedes sabrán, Santa Jalapeña es la patrona de los recogedores de jalapeños del círculo polar ártico. Cuentan las escrituras que la señora Jalapeña fue castigada por los dioses a lamer la escarcha que había en los jalapeños eternamente debido a que se vio sorprendida comiendo galletitas de pez saladas en un lugar inapropiado para ello. La encontraron con la boca llena de galletitas sentada en una grapadora gigante que había para una exposición de material de oficina ártica. La señora Jalapeña se atragantó y debido a los espasmos provocados por la situación, grapó una capa de hielo provocando que se inundara toda la cosecha, lo que supuso que los dioses descargaran su rabia contra ella y que las galletitas de pez salieran nadando de allí. Pero esa es otra historia.

Al ver la marca de Santa Jalapeña me paré a pensar acerca de lo misteriosa que resulta la naturaleza y cómo las casualidades más estúpidas te hacen replantear tu existencia. ¿Sería esa marca en la mejilla una señal? ¿Tendría un significado oculto el hecho de que se marcara esa figura? Cuando llueve, ¿nos mojamos más corriendo o caminando? ¿Porqué “todo junto” se escribe separado y “separado” todo junto?...El desconcierto se apoderó de mí y fue entonces cuando puse en práctica una famosa técnica de relajación hindú consistente en sentarse sobre una pierna hasta que el hormigueo de la pierna llegara y se adormeciera. El siguiente paso era levantarse con la pierna dormida e intentar no despertarla. La técnica fracasó cuando confundí el hormigueo de la pierna con un cólico nefrítico debido a un ataque de hipo. A todo esto Lulú continuaba profundamente dormida. Nota mental: tenía que revisar mi manual de relajación. Y mi matrimonio. Me puse un batín y me dirigí sigiloso (todo lo sigiloso que se puede ser con el pijama forrado de cascabeles que me había regalado mi suegra) hacía la puerta de la calle para ver si con un pequeño paseo y el aire fresco podía quitarme de la mente la imagen de Santa Jalapeña en mi mejilla.

La ciudad estaba dormida. Los grillos cantaban, y aunque el primero por la izquierda desafinaba un poco, era una melodía agradable. Empezaba a sentirme mejor cuando de repente noté que algo frío se movía entre mis pies. Era un pequeño gusano despistado que buscaba la parada de taxis y que se había metido por el agujero del dedo gordo del calcetín derecho que todos los calcetines tienen de fábrica. Era increíble… ¡Todo el mundo sabe que la parada de taxis está en el otro pie! Inmovilizado por el horror (soy fóbico a los gusanos desde que una vez me atraganté con una bolsa de ganchitos caducados entre los cuales se había colado una bolita de chocolate. Y la boca, habituada a no masticar y al encontrarse con un elemento consistente dejó de trabajar e hizo una huelga apoyada por la lengua y provocando el caos que me llevó a estar hospitalizado una semana), notaba como el gusano empezaba a subir entre mis piernas. Santa Jalapeña reía a carcajadas desde mi mejilla. Creo que no le caigo muy bien. Yo, desesperado, con una mano intentaba tapar la boca de Santa Jalapeña para no despertar a los vecinos y con la otra me tapaba la nariz intentando caer inconsciente por falta de oxigeno y así huir del gusano trepador de piernas. Pero lo máximo que conseguí fue que la Santa me mordiera y notar que tenía que cortarme las uñas cuando me hice un tercer agujero en la nariz. El gusano seguía subiendo…

De repente noté algo en la pierna. Resultó que la técnica de relajación hindú era de efecto retardado y empezó a dormírseme la pierna derecha. La imagen era dantesca. La pierna izquierda la siguió por mimetismo cayendo las dos en un sueño profundo del cual no despertarían si no era por el beso de un apuesto príncipe. Y el gusano ya estaba en mis abdominales. Bueno, supongo que eran los abdominales, dicen que todos tenemos, pero yo debo ser un producto defectuoso o de otras temporadas, puesto que lo más parecido que tengo a un músculo es… bueno, otro día contaré la historia de mi formación anatómica ya que merece un capítulo aparte.

Desesperado, llegué arrastrándome por el suelo al timbre de mi piso. Mientras, el gusano había congeniado con Santa Jalapeña y hablaban de hacer un viaje a Benidorm. Al no llevar gafas, después de encender cinco veces la luz, conseguí tocar el timbre de verdad. Lulú parecía no despertar. Días después me confesó que estaba teniendo un sueño profundo en el que un hada madrina le concedía el deseo de ser de carne y hueso. Eso me dio una idea para un cuento que tratara de un muñeco falso que cobrara vida y se volviera real pero que cuando mintiera le pasara algo para que se le notara. Pero no pude patentar la idea porque altas figuras políticas se sentían aludidas.

Con el ruido del timbre desperté al señor Pérez que empezó a tirarme los macarrones de sus collares desde su ventana mientras gritaba “¡no invadirás mi barco pirata de playmobiiiiiiiiil!” Con el revuelo se empezaron a encender luces de toda la manzana de la urbanización, el gusano, al ver la manzana, se despidió de Santa Jalapeña no sin antes jurar y perjurar que la llamaría y que la esperaría durante el tiempo que hiciera falta. La señora Pérez apareció por la esquina apurada subiéndose con una mano la falda y sujetando con la otra cuatro barras de pan, un pan moreno, una chapata y cuarto y mitad choped. Viéndose sorprendida en el desliz amoroso y culpándome a mí de ello, empezó a pellizcarme las pestañas hasta que parecí el maniquí de un centro comercial, eso si, mucho menos natural. Y fue entonces cuando saltó la sorpresa.

Santa Jalapeña, en un ataque de amistad hacia mí saltó desde mi mejilla hasta las patas de gallo de la señora Pérez desde donde empezó a soplarle en los ojos, hasta que la volvió loca provocándole un colapso de córnea y ensuciándole los cristalinos que acababa de limpiar el día anterior cuando había hecho limpieza general. Esto encendió aún más la ira de la señora Pérez que no pudo aguantar más y confesó a viva voz su desliz con el panadero. Sintiéndose culpable, decidió hacer una penitencia que consistiría en contar los adoquines de todas las estaciones de tren del País, multiplicándolas por dos y dividiéndolas por la enésima raíz al cubo. Tarea a la que le acompañó Santa Jalapeña a cambio de unas galletitas de pez y una grapadora color azul marino tirando a rosa.

Mientras, el señor Pérez se había puesto un parche en el ojo y como no tenían loro, para parecer un pirata se puso a su perro caniche francés, el Josan, en el hombro y, escoba en mano, saltó desde la ventana de su cuarto piso. Yo aún tenía las piernas dormidas pero en un acto de heroicidad (ya saben que situaciones límites el cuerpo humano triplica su fuerza) llegué a salvar la escoba. El señor Pérez echo a volar dejándonos a todos con la boca abierta mientras gritaba “¡soy Peter Pan!¡Soy Peter Paaaaaan!”. Desde entonces el psiquiatra del señor Pérez está en tratamiento por un brote esquizoafectivo provocado por que él quería ser Campanilla y el señor Pérez no le adjuntaba.

Y ustedes dirán ¿Y el Josan? ¿Cuál es el accidente? ¿Todo esto para qué? ¿Cuánto vale pí? No se apuren. Yo se lo explico. El Josan cayó encima de mis piernas adormecidas por la técnica de relajación hindú, lo que provocó que una de las piernas se despertara. Mis piernas son muy malhumoradas si las despiertan bruscamente por la mañana y no les llevan el desayuno a la cama, sobre todo la izquierda que la tengo algo más consentida por ser hija única, por lo que respondieron dando una patada al Josan. El Josan fue a parar a la puerta del panadero, recién abandonado por la señora Pérez que, despechado, se abrazó a el. Debido al pelo de algodón del caniche francés y las lágrimas del panadero, el caniche encogió quedándose del tamaño de un llavero.El panadero asustado volvió a tirar al Josan hacia mí, pero esta vez cayó en un sitio menos doloroso para él pero más para mí. Se me metió en el agujero de la oreja izquierda. Obnubilado por todo lo sucedido no me di cuenta de que ya había amanecido.

La gente volvió a sus casas tras tal espectáculo y Lulú despertó de su letargo y me abrió la puerta del piso. Volví a la cama. Tras contarle lo sucedido a Lulú, ésta no daba crédito a lo sucedido a juzgar por la cara de sorpresa que tenía con la boca abierta. Sobre todo no entendía cómo había galletitas pez saladas en el ártico y quién se encarga de ponerle la sal a cada pez para que sepan igual, todo lo demás le parecía más razonable. Una vez recuperado del estado de shock procedí a sacarme al Josan de la cabeza, literalmente hablando. Probé con bastoncillos para los oídos, a hacer presión, usé un desatascador y nada… Hasta que accidentalmente estornudé y el caniche salió disparado al tazón de cereales que comía Lulú. Lulú iba a comerse al Josan cuando de un salto triple mortal que me valió la máxima puntuación del jurado que se encontraba en la sala de estar (10, 10, 6,10 puntos respectivamente… el tercero me tiene manía) evité que el Josan acabara en el estomago plastificado de Lulú, que a menudo afirmaba sentirse hinchada. Yo le decía que no podía ser eternamente una muñeca, que los años no perdonan, pero ella se resistía a envejecer. Cabe destacar que quedé segundo en el campeonato de salto libre de mi sala de estar por detrás del Jhonny, mi cactus japonés.

El caso es que parecía que el Josan estaba a salvo. Y, orgulloso, salí a la ventana a gritar que lo había salvado. Ante el clamor de la multitud el sol me dio en la nariz e hizo que volviera a estornudar, con tan mala suerte que el Josan acabó cayendo desde el ático. Y ese fue el final del Josan. Desde entonces ya no se me aparecen figuras místicas en la mejilla debido a las sábanas, sino que me sale la imagen del Josan en la ingle. Tampoco Lulú ha vuelto a roncar con pitidos, sino con miniladridos, lo que ha provocado que los cacos crean que ya no tenemos alarma y nos hayan atracado tres veces en lo que llevamos de mañana. Aunque la tercera vez, hemos entablado amistad con los cacos llegando incluso a planear unas vacaciones en Teruel en plan dobles parejas con opción a intercambio. A Lulú le hace mucha ilusión la idea. Y el viaje también.


domingo, 29 de mayo de 2011

Un drama surrealista

Quan na Marta va veure que en Pau arribava, es va aixecar sobtadament i, deixant-li gairebé amb la salutació a la boca, es va dirigir cap a la porta del rebedor. Tenia clar que si s’ho repensava molt, al final no s'atreviria a dir-li el que tenia planejat (ja li havia passat altres vegades). I això que en realitat era una ximpleria, però malgrat conèixer en Pau com el coneixia, després de molts anys de convivència, mai sabia com reaccionaria davant notícies inesperades que trenquessin la seva estimada monotonia.

- Hola... eh...He pensat que he de cercar-me una altre feina, Pau - Va endevinar a dir un poc accelerada.

- Què? Què dius? Per què?- va respondre ell sorprès i estranyat encara amb l’abric a la mà- A què ve això ara? Quina classe de salutació és aquesta? Què hi ha per sopar? Quant val pi? Gairebé em dóna un atac al cor.. o pitjor! se m'esborren les empremtes dactilars de l'esglai!

- Au va! Amb el teu treball no tenim prou per menjar i ho saps- va dir ella obrint la capsa dels arguments- he hagut de demanar-li diners a la meva família diverses vegades en el que duem de mes i ja no puc més! Has d'entendre-ho amor, el millor és que cerqui una segona feina, encara que sigui a mitja jornada...

- Has d’entendre-ho tu, Marta, ja n’hem xerrat d’aquest tema. Això és circumstancial! Ja saps que l'hivern no és una bona temporada per als que ens dediquem a plantar sardines! Gairebé no plou i les llaunes de conserva estan menjant el terreny a les sardines de camp...Jo, jo... no sé que dir-te Marta... pensava que el meu invent em faria mundialment famós i que tothom ens demanaria la patent de l'arbre que dóna sardines... no vaig imaginar que passaríem per problemes de caire econòmic... però és només una mala ratxa amor, tinc una sensació a dintre meu que m’ho diu!

- Sempre amb excuses, Pau! Com quan vas venir a casa sense el sou dient que un follet vestit de papallona t'ho havia demanat per a pintar-se les ungles dels peus i fer-se la pedicura!

- Això era veritat i ho saps, aquell follet tenia unes ungles horribles- va respondre en Pau indignat i, després d'uns segons de tens silenci, es va començar a riure.

- De què rius ara? No t’adones de la gravetat de la situació?

- De la paraula “pedicura”... No t'imagines a un cura amb ganes d'anar al lavabo?

- Estàs malalt- va sentenciar ella sense cap mostra de que l'ocurrència d ‘en Pau li hagués fet la més mínima gràcia.

- Tu creus? Estic un poc marejat però no li havia donat més importància- va dir tocant-se el front preocupat- Tens per aquí el termòmetre?

- I a sobre encara devem dos mesos de quan vam haver de comprar-te uns altres forats del nas perquè els vas perdre en una partida de pòquer...

- Si... i recordo lo difícil que va ser trobar uns de la meva talla... te’n recordes? encara sort que aquell senyor de Ontinuela tenia uns i ens els va deixar a meitat de preu perquè els forats tenien una tara. Era la primera vegada que veia uns forats del nas amb forats a les butxaques... A veure, parlem-hi... I de què vols treballar?

- Doncs...havia pensat fer feina com a perruquera de gallines.

- Però si tu no saps tallar els cabells!- va dir ell fent gesticulacions clares referides a la inconsistència de la idea.

- I què? Les gallines tampoc en tenen de cabells!

- Vist així...

- I bé? llavors puc contar amb tu en aquest projecte?

- I si aguantem un poc més?- va dir en Pau acostant-se a ella amb la mirada tendra que tants fruits li havia donat anteriorment- Estic a una passa de tancar un acord important...

- Quina classe d’acord?- va preguntar desconfiada intentant no mirar a la cara del seu marit sabent que la seva mirada d'anyell tenia fama mundial (sobretot quan posava mirada d'anyell a les fines herbes amb un lleuger regust d'ametlles, aquesta mirada olorava tan bé que conqueria a qualsevol!).

- Confia en mi, és un acord de primera classe...aquesta vegada sí.

- Quina classe d’acord?- va insistir ella.

- Un.

- Confessa el que hagis de dir d'una vegada!

- Què confessi? Com ho saps? M'has estat espiant? Està bé! Ho confesso: Si, sóc jo qui et roba maquillatge i surt per les nits amb un davantal que te pits de dona a ballar nu amb un hula-hop enfront de l’aturada de taxis...

- Què? Com pots ser tan estúpid? És que no tens res en aquest cap? Enfront de l’aturada de taxis?... Si allà no passa mai ningú! No saps ni exhibir-te!

- Va, tornem al tema, el cas és que estic en negociacions per a patentar un altre invent meu...

- Un invent teu? Por em fas. Quin invent?

- No sé si dir-te'l, crec que en el teu estat actual ets capaç de convèncer-me de que no té futur...

- Segurament no ho tingui, com aquella vegada que volies posar una bugaderia a un poble nudista...

- No m'ho recordis...segueixo creient que és un negoci brillant, no veus que m'han dit que als pobles nudistes no hi ha rentadores?

- Au va, quin és el gran negoci que ens farà sortir de la ruïna?

- Està bé, t'ho dic, però per que estic tan segur de que és una bona idea que no pots sinó veure-ho tan clar com jo... He inventat els extintors per a piscines! Tacháaannn! Què? Què me’n dius? Imagina't que t'estàs banyant i de cop i volta s'incendia la piscina, l'extintor estaria en un cantó surant i podries apagar l'aigua que s’està cremant! És o no una gran idea?

- És una cosa tremendament absurda, gairebé tant o més que la teva col·lecció de forats de cd’s .

- Per aquí si que no hi passo, em fico jo amb els teus hobbis?

- Deixa en Frodo, en Pippin i en Terry en pau! A més, els meus gustos són summament exquisits. Jo, jo destil·lo classe allà on vaig! sóc el bon gust elevat a la màxima potència!- afirmava Marta amb uns gestos ostensibles que remarcaven la primera persona del “jo” en el seu al·legat de defensa.

- Doncs et vas casar amb mi- va balbucejar en Pau.

- Em vaig casar amb tu perquè no deixaves de perseguir-me cada dia! Des que sortia de casa meva fins que arribava del treball!

- Encara que em preocupava! Podien atracar-te en qualsevol moment! Imagina les seqüeles psicològiques que podrien derivar de que t'atraquessin! El pobre atracador necessitaria teràpia vitalícia.

- Com t’atreveixes a dir-me això? Doncs és hora que comencem a dir-nos veritats. Per a començar, que sàpigues que tu no ets blanc.

- Què? Què estàs dient ara? Ja has tornat a abusar dels sugus de maduixa?

- Com ho sents, en realitat ets groc-ataronjat i mentre dorms et pinto de blanc cada nit com una idiota perquè no sofreixis discriminacions a la feina.

- Quina ximpleria! Això no te ni cap ni peus! Quan em dutxo se'm llevaria la pintura!

- No imbècil, perquè l'aigua és falsa, en realitat no mulla.

- Doncs per a no mullar arriben uns rebuts ben cars cada mes!

- És que l'aigua falsa que no mulla està pels núvols.

- Pels famosos núvols falsos, suposo.

- No et facis el graciós. Tard o d'hora havies d'assabentar-te... i millor que hagi estat per boca meva i així et veig la cara de descomposició que se't ha quedat...

- Però no pot ser... – va dir ell alterat mentre es raspava la pell i comprovava que, efectivament, era groc-ataronjat- I la meva mare sap que sóc groc-ataronjat? Serà un disgust enorme per a ella, no ho veus que no li combino amb el sofà fúcsia de la sala?!

- Bé, ja posats a confessar...He de dir-te també que la teva mare no es la teva mare, ets adoptat. La teva mare biològica és una bústia de correus de les avingudes.

- Què? Au va! Com?... Això és increïble! Encara que, pensant-lo fredament, això explicaria la meva costum de menjar paper i que un senyor amb corbata i una moto groga vengui al mig dia a buidar-me l'estómac...

- És Xavier, el carter.

- Llavors els nostres dos fills? Ells són blancs! Déu meu, començo a no trobar-me bé... dóna'm la meva pastilla per a la tensió...

- No són fills nostres, són actors contractats per agència.

- Ja deia jo que un tenia una barba que no era normal per a un infant que acabava de néixer amb 23 anys... Era una cosa òbvia però el meu inconscient no ho volia veure... ara ho veig tot clar... quin idiota que estic fet! em va fer tanta il·lusió que parlés tan primerencament...Ara entenc la seva primera frase mentre li donaves el pit, imagino que per dissimular o per pura luxúria, “per aquests moments a un li agafen ganes de no cobrar a final de mes”.

- Bé doncs, ara que ja saps la veritat, reprenguem la nostra conversa, llavors... accepto el lloc de perruquera de gallines?

- Que reprenguem la conversa? Em dius que sóc groc-ataronjat, que sóc adoptat i que els nostres fills són actors d'agència i pretens que em quedi tan tranquil parlant d'una cosa tan ximple i banal com si t’has de dedicar a fer de perruquera de gallines?

- Caram noi, sense diners no es pot menjar i si no pots menjar no pots viure! Així que no crec que sigui un tema banal arribar a fi de mes i subsistir...

- La vida està sobrevalorada! De què em serveix estar viu si de cop i volta descobreixo que tota la meva vida ha estat un engany?- va sanglotar en Pau visiblement consternat agarrant-se el cap entre les mans- No ho sé Marta...estic confús...és massa informació de cop i volta... No sé que dir-te... Has preguntat a les gallines? Elles estan directament implicades, tindran alguna cosa a dir.

- Estàs boig? Les gallines no parlen, com vols que vagi a demanar-li a elles? Pensarien que estic boja si em veuen parlant amb les gallines... així que vaig preguntar a les ovelles a veure que n’opinaven i em van dir que ho veien factible perquè ara torna l'estil cresta entre els joves i podria treure diners...

- Això et van dir? Pagaria per veure aquesta escena...

- Doncs quan els vaig preguntar com creien que m'aniria el negoci, no s’aturaven de dir-me , per més ràbia que et faci que les meves iniciatives siguin millors que les teves!

- Marta...No em trobo gens bé...

- Ara que ho dius, t'estàs posant verd...

- Això és un desastre pictòric! se m'estan ajuntant tots els colors! el groc-ataronjat de la meva pell amb la pintura blanca i aquest verd que no se d’on surt... Crida a un metge! I a un estilista! L’estilista és més urgent... és impossible trobar unes sabates que quedi bé amb aquests colors!... Déu meu...ho veig tot borrós...

- Pot ser es per què t'he llevat les ulleres per a vendre-les quan no te’n adonis..

- Ah... llavors per aquest mal de panxa tan atroç no em preocupo, no? Sento com... no sé... com si alguna cosa m'oprimís la boca de l'estómac...

- No siguis exagerat que ja conec la teva afició al melodrama, Pau. A veure, quina classe de dolor és?

- Doncs dolor! no ho sé! dolor! quantes classes de dolor hi ha? Dolor com el que et provocaria que un senyor obès vestit de cactus ballés damunt del teu dit petit del peu “El llac dels cignes” amb sabates de taló d'agulla... Crida a un metge! Està apunt d'explotar-me l'estómac... Déu meu...està sortint qualque cosa del meu interior... què és això? Què és això?!

- Déu meu Pau! Has posat un ou!

- Carai! Sóc una gallina? Només em faltava això! La meva mare és una bústia de correus, sóc groc-ataronjat i ara poso ous! Què pot ser pitjor!?

- Doncs ara que em fixo, com a futura estilista professional de gallines, he de dir-te que tens les puntes obertes.

- Espera Marta! que venen més!

- No podem mantenir a tantes criatures, atura’t ja!

- I què vols que li faci?!

- No ho sé! Fica-te'ls cap a dintre un altra vegada!

- Això és biològicament impossible... Mare meva! Quina situació!

- Espera, deixa'm a mi! - va dir na Marta pujant-se les mànigues de la camisa i dirigint-se cap al seu marit.

- Què? Què f..? Què fas? Atura! Atura’t! em fas pessigolles!

- Com que em dic Marta Margalida Fernanda Victòria Federica Ramona Isabel Sant Sebastià que d'aquí no surten més ous!

- Atura’t!! Assumeix la teva responsabilitat com a mare dels meus ous!

- No estic preparada per tenir quatre ous! És que no ho entens? És massa responsabilitat! No podem permetre'ns-ho! Estic molt atabalada... oh... quina angoixa... no sé què em passa Pau... no creus que l'habitació es mou? Oh...m'esvaeixo... estic veient la meva vida passar per davant meva com si fos una pel·lícula... - va dir na Marta caient a terra mentre en Pau feia esforços per controlar la situació i que els ous nounats no es posessin a plorar.

- T'ha sortit l'anunci de MovieRecords? Potser només és un trailer!

- Digués al Jordi que l’estimo- va dir en un últim alè la veu apagada de Marta- per favor...

- Escolta Marta! Què? Qui és en Jordi? Estàs de broma? Si és un joc he dir-te que no li veig gràcia i que no m'he portat els daus ni els meus calçotets de la sort... estimada meva?! - cridava espantat en Pau mentre copejava la cara de na Marta intentant la seva recuperació- M'escoltes? Desperta! Oh Déu meu! No respon! El seu cor no batega! Ah, és que això és la cama. Aquí està el cor... no batega! i tampoc respira! Perquè? Perquè??- cridava mirant al cel- perquè te l’en dus? perquè tu, totpoderós ésser del més enllà m'has arrabassat la meva dona? Què faran les gallines despentinades? Sóc pare fadrí de quatre ous i dos actors d'agència! Això és superior a mi... estaré somiant? Oh Déu meu nostre Senyor! No és un somni! És cert el que veuen els meus ulls borrosos! En el catàleg d'aquest mes de Ikea hi ha unes catifes com les que vaig comprar la setmana passada a meitat de preu! Què n’és d’injusta la vida...! No hi ha altra sortida... em suïcidaré...allà hi ha un obrellaunes afilat i rovellat...ho faré servir per a suïcidar-me i reunir-me al èter amb la meva estimada esposa... no puc fallar, l’objectiu es clar i simple: obriré una llauna d'escopinyes caducada i això em provocarà una agònica mort al costat de la meva estimada...i la d’en Jordi. Aguanta amor meu, allà on siguis vaig de seguida amb tu! Bé, si estàs sopant amb la teva mare, ves fent que ja aniré jo mes tard quan acabi el partit! Per cert, quan ens trobem al més enllà, he de comentar-te una idea per a un negoci al paradís que se m'acaba d'ocórrer. Es genial. No pot fallar: hi ha una serp, una poma i...